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Mostrando entradas de septiembre, 2010

CARPE DIEM 5

Capítulo 24 Fernandina, a pesar del otoño, se ponía a tomar el sol en el balcón, en pelota picada, con lo que los vecinos,(los que estaban a su altura), podían contemplarla. La abuela se desesperaba…¡¿cómo podía parar a esa niña impúdica, hija del pecado? ¡se condenaría en el infierno¡ No lo podía consentir¡ Por más que rezara por ella, no conseguía el milagro. La sacaba de sus casillas, era imposible enderezarla. El camino recto, no existía para ella. Prefería mil veces las curvas, los desfiladeros, precipicios,; eran el territorio sobre el que mejor se movía. Así era, temeraria, indómita. Capítulo 25 La muy condenada, asumía desde los doce años, cualquier responsabilidad. Cuidar de los hermanos pequeños, cuando la madre iba a parir de nuevo. Besar a uno que nació muerto. Despedirse del abuelo, que para su desgracia, falleció justo al jubilarse. Todos estos acontecimientos, forjaron un carácter fuerte, pero dolido. Le sirvió para resolver situaciones difíciles, que la vida le pondrí

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Capítulo 21 Todas, todas las guerras, son inútiles, una puta mierda. Olían a muerto y carne quemada. El padre de Fernandina , fue a Rusia a perseguir a los rojos. Le hirieron en un brazo; perdió la novia y la vergüenza. Así las cosas, torcidas, no hubo forma de enderezar los caminos de la ignominia. Todo eran equívocos; una espiral de errores, le llevó a embarazar a la que sería su esposa, Goyeta. Se casaron a la fuerza , porque así lo mandaba la puta madre iglesia, y la abuela de marras. A los nueve meses, nació Fernandina .En casa de la abuela Eloisa; eran las siete de la tarde, y se apagó la luz. Lo que vino después, lo estoy contando. Capítulo 22 De cualquier forma, el hecho de arrastrar los pies cuando anda, es una expresión inequívoca de la indolencia y abandono en el que la nieta se había sumido. Acompañado de suspiros profundos y matinales, la convertían en un personaje extraño, e irremediablemente lejano. La realidad la dejaba cada vez más insensible, no le emocionab

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Capítulo 15 Las vacaciones, lejos de ser días alegres y esperados, resultaban un castigo. Había que ir al pueblo, y en la masía familiar, debíamos soportar, no solo a la abuela, cada día, sino al resto de familiares, que se presentaban sin avisar, y dispuestos a amargar la existencia de sus habitantes. La madre de Fernandina, soportaba con estoicidad admirable, los vendavales y disputas de los que tan a menudo hacían gala los tíos, tías y demás familia, llenando de malestar y dolor, los días, mal llamados ,de estío y fiesta. Fernandina, huía con sus hermanos más pequeños, a coger uvas y avellanas a los campos vecinos, o iban al río a bañarse. Cualquier cosa , antes que soportar un minuto más en el interior de la casa. A veces, resultaba un infierno. Capítulo 16 Un frío día de febrero, Fernandina, decidió fugarse, harta como estaba de la familia. Recogió cuatro cosas que necesitaba; muda de bragas, camisetas, jerséis, calcetines ,un par de pantalones, y se fue. Pasó un mes fuera de ca

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Capitulo 6 Sonreía constantemente, una manera de no malgastar palabras. Siempre caían en saco vacio. Toda su vida fue un compendio de fracasos y equívocos. Desde que mató a la abuela, ha estado pringando. Quizás una forma de pagar la culpa. Fue un asesinato no resuelto. De tan evidente, era increíble. La policía de la época estaba más por labores de orden público, la ley de vagos y maleantes…etc. ¡ Pobre señora¡, ya tenía una edad, en la que cualquier forma de morir, es bienvenida, y responde a una lógica . Las palomas del balcón, fueron las únicas, testigos del evento . La nieta, tenía unas manos preciosas, hábiles para la música, la escritura y, la masturbación propia y ajena, y por supuesto, para la maldad , tan bien cultivada. Sus labios, bien perfilados, servían para cualquier cosa; hasta para mentir. Después de los años , recuerda los hechos, como si fuera un sueño. Era el resultado de un hartazgo, como si en el fondo, el mundo le pidiera a gritos, que cometiera ese acto de lujur

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CARPE DIEM Relato de Montse Huguet Valle Otoño 2010 Capìtulo 1 Alguien me dijo : si, a partir de ahora ,¡a salto de mata…¡ Es el lenguaje del cazador…solo saltan las matas, las liebres, las gacelas, los caballos, perros, gatos…toda la especie depredadora…la humana, también. La supervivencia, el instinto, son los que mandan, lo demás son escusas…es dorar la píldora, con halagos, disfraces, palabras, que esconden solo, el brutal deseo de follar y se acabó .La necesidad , llega a un punto que no solo aprieta, sino que ahoga. Así las cosas, decido ponerlo en práctica. Aquí me teneis, la primera en la frente, digo, en el bar de la esquina, mirándole como solo una gata en celo sabe, un macho de unos cincuenta años, con una agradable media melena blanca, debe medir un metro 80, y no para de mirarme con sus preciosos ojos verdes…¡¡Seguro que algo me quiere, mirar, seguro, porque lo hace y de qué manera. Insistente…¡¡¡con una media sonrisa, entre curiosa y provocativa… Y a mí, basta que me prov