CARPE DIEM CAPITULO 8

 Capítulo 8


Fernandina, solía tener sueños eróticos…nada tenían que ver con los demonios ,y fantasmas, de los que la abuela le hablaba. Se masturbaba y ,¡ ale¡ …pasaron los males.
A medida que transcurría el tiempo, los años la hicieron madurar, en todos los sentidos.
Se volvió esquiva, taciturna y silenciosa.
Siempre imaginaba maneras de suicidarse, o matar a la abuela atormentadora y come-cocos.
Tenía Eloísa, así se llamaba la abuelita, una tendencia obsesiva con los santos, las imágenes, velas y agua bendita. Cuando había broncas familiares, sacaba el frasco de la alacena y lo esparramaba sobre los contendientes, como si de un exorcismo , o extraño ritual se tratara; confiando que eso, calmara los ánimos.
¡Pero nada de nada¡, ellos seguían golpeándose, rompiendo vasos, platos y gritando como condenados. Con unos insultos, que no repetiré, para no dañar las cándidas miradas lectoras…

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