OLAS

POSGUERRA.   Recuerdo cuando apurábamos al máximo, la media luna de melón, a dentelladas… Cada bocado era un regalo; cuando éramos diez y la comida era muy compartida.  

  Me espías con tus ojos de acero inexorable. Yo, que tan débil soy, ignorante y flexible. Con tus ojos, buscas   y no me encuentras.  

    Silencio rabioso, Santana y su guitarra (Samba pa ti), me acompaña alejándome del miedo y la pandemia. Me dejo llevar por sus manos todo va mejor, mucho mejor. Volar, volar, volar… Samba pa mi y pa ti, bailando. (Gracias Carlos).  

  Escribo por el dolor rasgado en la cortina; el tiempo roto en mil pedazos. Por el favor que nos hacemos al amarnos, por la sonrisa oculta tras las gafas de sol. Por tiempo en tus brazos y la soledad; por el barco náufrago de tus besos. Escribo por el mensaje oculto en el vientre de la luna triste, por los suspiros de la noche estrellada. Por el mar ,que insistente, acaricia mi piel esta tarde. Por tus manos dibujando un paisaje de luz evidente… Sin prisas. Por la paz y el sosiego que me da el silencio de tu mirada. Por eso, y más cosas, escribo.

Naufragando en tus sonoros bostezos, y los besos. Canta el mirlo en la ventana. Y amanece…  

  Entretenerme con la ausencia. La tormenta de tus besos. Entrelazar las manos acariciar la piel y el deseo. Entretenerme con la ausencia tejiendo versos, esperas y ritmos. Entretenerme con la luna al fin… hambrienta de silencios.