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Mostrando entradas de julio, 2023

DESPUÉS DEL DILUVIO 1993

  Sentirás como yo siento, Mi mano sobre tu cara... Andarás como yo ando, Caminos que se desandan. Besarás como yo beso, Los labios que se derraman. Mirarás, como yo miro, Tus ojos que no se acaban.     Anochece. Mi alma es una gotita de agua, Que resbala por el cristal de tu ventana.  

A UN JOVEN JESUITA

  A UN JOVEN JESUITA.     Los   sueños calientes de la tarde. Gordas redondas, Las nalgas.   Senos para la sombra. Me agarro a los pezones seguros, Con la boca del tiempo.   Mi lengua intercalada, Sube y baja. Succiono con fuerza, La seguridad perdida. Luego...   ¡qué bien me siento¡     Fue solo un sueño.  

CUANDO...

  Cuando el mundo sea un páramo, iremos de vacaciones   al desierto.  

ABSÈNCIA. 2019

La teva absència  és tan present... que puc assaborir l´aler de la trobada. 

DESPUÉS DEL DILUVIO 1993

  Los hombres son árboles. Los árboles ,   hombres si rostro.   Como el viento.   El viento son los hombres que miran. Ruidos familiarmente ausentes.   Plateadas posibilidades. El azul tiende sus amorosos brazos.   Olvidos imposibles, Besando estrellas en la noche oscura.     Sus   voces lejanas, tiemblan, Lloran.     Después, muy lejos, Oigo el lenguaje amarillo de las mujeres.

PALABRAS

  PALABRAS Me emborracho de palabras y me salvo. Me enloquecen, me liberan, Se me antojan, Me descubren y me atrapan. A veces, hasta me miran. Se establecen, Se escapan, Pasean y me besan. Otras, no vienen; Solo llaman a la puerta, Se arrepienten y se van. Las demás están ahí, Al acecho… Y las amo , las espero. Como alma que lleva al diablo.  

ZAPATOS 1993

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  ZAPATOS.     Barcos para navegar en tierra. Sin hundirse.   Para no echar raíces. Son de cuero.   Yo ando. Ellos no.   Sueños rotos; Con estrellas.   Circular con ellos el espacio. Volver al bosque de la infancia.   Sueñan. Yo también. Aun.  

DESPUÉS DEL DILUVIO 1993

Besos azules.   Lunas frías acariciando el sexo. Piel caliente y blanca. Labios colgados en la ventana.   Contemplo tus ojos tristes.   Amor de luna, Acaricia el alma.     Mi lengua se ha perdido, En el amanecer de tu boca.     Todo el tiempo del mundo, Incluso las mariposas, Para lamer tu espalda.   Amor de beso azul. Amor de luna.   Al fin y al cabo.      

DESPU´ÉS DEL DILUVIO 1993

  La noche. Cabalgando sobre estrellas. Oscuros. Amarillos.   El silencio verde de la hierba. Los recuerdos se van como vinieron, Con prisa, Sin zapatos.   Oscuros cabalgan, Sobre puntas de estrellas. De noche.   El silencio,   Acercándonos a lo imposible.   Tu y yo, En los ocultos sigilos, Entre besos de hierba.   Entre nosotros , A veces, Ocurren cosas.

LEJOS 1993

  Lejos.   Siento los azules y los tiemblo. La belleza en mi piel.   Tristeza si me voy. Sumergiéndome en las tardes de mayo.   Cuando las sombras nacen, Al compás del violín.   Dormir en la belleza azul. Alejándome.   No es posible olvidar.   No.   Simplemente llevo dentro, Los colores de ayer.   Siempre vuelven, A pesar del tiempo.    

DESPUÉS DEL DILUVIO 1993

Se extiende el perfume de las rosas Sobre nosotros.   El color de tu sexo, Ilumina el paisaje interior, Invadiéndolo todo.   El grito húmedo, Sale, llenándome de gozo los oídos.   Todo ello, Constituye un elemento imprescindible, Para la supervivencia.   A pesar de todo, La mirada permanece,   Llena de tinieblas.   Persiste el deseo. No renunciar a la melodía inevitable, Irresistible, De tus huesos, Moviéndose bajo el sol de mayo.  

LA PIEL DE TU NOMBRE. 1993

    Como me llena La piel de tu nombre. Oscura redonda. La boca. Suspiro. Te amo. Adiós.   Hasta nunca.     Cómo me llena incluso tu ausencia.   El deseo es el tiempo En mi piel.   Llenas de luz el paisaje sombrío.   Entonces empecé a quererte; Cuando dormías.   ¡ Ah, ya no te acuerdas¡

CAEMOS. 1993

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  Caemos inevitablemente. Intensamente. En   el pozo de la piel, Y el deseo.

DESPUÉS DEL DILUVIO 1993

  Perder la noción de tiempo. Menos tu piel. No sabemos decir adiós. Y ya te has ido.   Perderse en tu cuerpo. Menos de ti Lamerte el alma, Y los huesos.   No sabemos decir adiós. Solo mirarnos. El deseo. De ti.   Menos de tu piel, Amando desesperadamente.   Intensamente, Recorrer los circuitos cerrados del sexo. Converger, coincidir. Sentir. Definitivamente.   Ya te has ido.

LEJOS 1993

Lejos de ti, De mi.   Encuentro la perversión. Partícipe omnipresente y cóncavo. Observador silencioso.   Lejos de ti. De mi. Encuentro que invade, Inunda, Hasta la piel del olvido.   Persiste cual la niebla. Inevitable. Calculado hasta el milímetro. De tu voz a penas nada.     Oye. Ayer te vi dormido. Entre mis sueños. Claro.  

SENTADA EN LA SILLA. 1993

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  Sentada en la silla de mi casa. Negra por cierto. Como Otis Reding “en el muelle de la bahía”. El día gris lluvia. El piano sonando, o soñando. Pero casi, casi...   Volví la cara ; tú contemplando tranquilamente la escena, en silencio.   Formábamos parte del decorado, Decadente e informal.   Sentada en las fantasías. Como tu... Cualquiera sabe en qué estabas pensando.

DISTÁNCIA DE MADERA 1993

  Os vi, Por el ojo de la cerradura. Marcando distancias. A veces de madera. A veces de cristal.   Pero normalmente, Se llama lejanía.   Dejémoslo así.   Por el ojo se ve el fuego, ¿O es por el humo?   No, por el humo de tus ojos. Despertando. La cerradura estaba rota. Se podía ver claramente, Lo que ocurría al otro lado. Total que no era problema, Si era de madera o cristal,   La distancia.  

AÚN TOCO EL PIANO... 1993

  Claro como el agua. Sonríen indefensos, ellos. ¡tan bellos y ambiguos¡ menos mal que aún me quedaba un cigarrillo. Para disimular. Después de todo, Era simple.   Como siempre , golpeando, Las teclas del ordenador o del piano. Solo que no suenan igual.   No, no es lo mismo.   Sonríen indefensos, ellos. ¡tan bellos y ambiguos¡     Menos mal que aún toco algo el piano.  

DESPUÉS DEL DILUVIO 1992-93

  Tendente cadencia. Ausente. Iluminando la soledad, Con el recuerdo. Solo entonces, Inesperado, llamas. Preguntas, Y sucede el encuentro. Llenándonos de voces y miradas, De sal, mar, de agua.   En la piel, tan naranja. Acidez accidental, Sabor aprendido. El ritmo. El sol.   Tendente, tendido boca arriba, Esperando. Meciéndonos después, Sin mas prisa, que el tiempo de las nubes, sin viento.

DESPUÉS DEL DILUVIO 1992-93

  Hay un adiós de pájaros, Por la ventana. ¿Son sus cantos o el batir de sus alas? Pero lo cierto es   que se van. Es porque el día se tiñe de azul oscuro.   Y tu, y yo.   Hay   sonidos de cristal en tu mirada. Un silencio en la sonrisa.   Hay tan solo eso.   El tiempo necesario, Para escribir algunos versos, Y contemplar el mar, La luna en calma.   Después me dices hasta luego. Solo eso. Siempre.  

DESPUÉS DEL DILUVIO 1992-93

  Amor hermoso, Permaneces en las paredes de mi cuerpo. Resbalan húmedas, Las manos por mi piel. Llenas de miel, Tan cálidas...   Se interrumpe la voz y el pensamiento. Solo por sentir...   Queda el olor de tinta. El incienso se ha consumido.   A penas la arena toca el límite de nuestra piel, Que se desliza por las aristas de cristal.