PRIMAVERA 1964
Primavera 1964 Teníamos quince años, saltábamos los muros de la torre, para escondernos en el jardín abandonado, y besarnos. No importaban las media rotas, ni el uniforme del cole. Las monjas no sabrían nada. Hacíamos novillos. Todo por un beso en la boca. Los padres lo ignoraban... Fue el primer beso. El se llamaba Angel. S. Mi amiga y yo, lo teníamos claro, ellos también. El cuarteto salvaje, hacia lo que fuese por una aventura.