OLAS

Mucha gente se queda, mucha gente   ha ido. Nosotros aún estamos vivos; Solos, con el recuerdo…

Son las dos de la mañana, oigo el ruido de los columpios,me asomo al balcón;  dos niños de unos nueve años; se están balanceando, suben muy alto, se ríen y gritan. Son felices. Es su primera travesura. Seguirán muchas más. A   esta hora no hay policía, pueden usarlos sin que les pillen.  Durante el día, todo está prohibido… Menos la astucia!!!

El sueño imposible de los ángeles, se quedó en silencio… No era la primera vez que eso ocurría.

Ya que no pueden mis manos, las palabras te acarician, en este duermevela, el barco de los sueños, se desvela. Revelando los misterios del amor. Se cierran los ojos, y se abre la boca por un beso… El que te daría si pudiera. Ya que no pueden mis manos las palabras te acarician, y te esperan.

Una soledad de lágrima sin pañuelo. De oscura noche, ausencia triste sin ti. Añorando, deseando verte, el beso y la caricia, después de tanto tiempo. Una soledad, tanto abandono; y el miedo que persiste. Protegiéndonos con máscaras, por si acaso la muerte. En un carnaval oscuro. Dante se quedó corto… La pandemia está ahí, una amenaza imperturbable.

Mis deseos van veloces, y la libertad , se calla. Mis sueños de porcelana , se enojan sobre la almohada. Los besos que tu me diste, se fueron por la ventana. Solo las tardes de mayo saben de ausencias; sin nada. Estaba triste mi alma

La salvaje hormiga amarilla del Amazonas, puede con todo. Le tengo envidia… Hoy he saludado a una mujer, no nos conocíamos, o sí.? A ella le ha encantado y me sonreía con los ojos…las mascarillas nos hacen cómplices, cercanos y ajenos al mismo tiempo.  Es lo que tiene la mirada. Desconocidas   haciendo nuevas amistades. Solo el timbre de voz y lo que atisbamos. Ya me ha ocurrido dos veces. Algo bueno tiene esta condenada espera…

El amor, la canción el cielo, la caricia y la lluvia. Hoy luna creciente; ingredientes para un poema. Solo tu sonrisa, me consuela.

En las barandas, el amor se columpiaba, acariciando la tarde. En las sonrisas ausentes, que yo tanto echaba en falta… En las barandas, las flores perfumando, las canciones que salían   de mi alma.

Luna creciente, luna de junio, sonriente. Quiero abrazarte, besarte. Si te miro, te deseo. Si no te veo, me muero, y te ocultas tras las nubes. Luna creciente, te quiero. Si no te veo, me muero; asómate, que te siento…

Cuando los sueños persiguen las palabras, y no las encuentran, siento que el miedo es la excusa perfecta, para que toda nuestra vida esté programada. Cuando podré ver a mi familia y amigos?, cuando besar, tocar, abrazar , acariciar. Es inaudito. Si alguien me hubiera dicho hace tres meses, que íbamos a acabar así; no lo hubiera creido, le hubiese tratado de catastrofista y apocalíptico. Resulta que es cierto; el MIEDO, se ha instalado en nosotros; ha tomado el poder.

MAR DE PREGUNTAS. Cómo serán los besos cuando todo se acabe? Cómo ,cuando nos dejen? Cómo , cuando no haya miedo…? Qué pasa con los afectos, la costumbre del beso,los abrazos las caricias…? Dónde están, cuando volverán.?

MASCARILLA. Puedo verte el cuerpo entero, menos la sonrisa, menos tu boca; todo es silencio.

Mares de trigo se mueven, como tu voz en el viento…

La plaza del aplauso, la sonrisa y el llanto, la plaza del encuentro y el adiós. Luces y sombras al atardecer. Cinco minutos y ya es oscuro. Nos vamos.

Ya se que la ternura, no está al orden del día, no se lleva. Es ñoña y es antigua, pero sigo insistiendo. Es lo que más me llena; sin ella no es posible vivir la primavera. Antigua como yo, y la piel del tiempo que guardo en ella. Ya se que la ternura no cruzará la acera. Ya nadie la espera…

La primera cerveza que tomo en una terraza de Sant Andreu , después de dos meses y medio confinada, es con mi nieto Pol.  El se toma un refresco de limón y una bolsa de patatas.  Hay tanta quietud y silencio que un jilguero se pose en una de las sillas, esperando que le demos comida. A mi nieto le falta tiempo para coger dos patatas y ponérselas lo más cerca posible, esperando que él se acerque…pero oh, sorpresa! al moverse, el pájaro echó a volar. Nos tiene miedo Pol, somos muy salvajes para él. Brindamos por nuestra salud, nuestro amor y la ternura…

Huelen a rosa las tardes de mayo, amarillas azules y dulces como tu piel. Huelen a lluvia las ventanas abiertas, como tus besos. Huelen a verso las palabras en mi pensamiento.

En mis   manos sueña el miedo; con tus besos yo me quedo. Sumergiéndome en tu piel y remontando hacia el cielo. Vuelo por tus ojos… Recogiendo tu voz, me voy ahora ,que aún puedo.

En la sombra de tus palabras, está la verdad. Solo ahí puedo descansar perderme , dejarme ir y salvarme.

Llueven, lloran palabras en el papel, solo sonríen si tu las miras. Llueven, lloran los besos en el cristal, buscando tu piel. Llueven, lloran los niños en el parque, sin poder columpiarse. Llueven, lloran las hojas del árbol, después de la tormenta; todo es distinto…

Cuando pase el miedo, beberemos vino y nos saciaremos. Veremos el mundo con nueva mirada, acabará el llanto.   Cuando pase el miedo, los besos serán nuestro desayuno, al mirar al sol, que sigue y persiste en su amanecer. Cuando pase el miedo, tu piel y la mía, serán beso y grito ,gemido y clemencia. Cuando pase el miedo, esa luz que guardas, me dará la vida, que tanto echo en falta. Cuando pase el miedo, sonrisas y abrazos, i ninguna lágrima.

Recuerdos de Absenta. Con veinte años, fuimos a un bar de la Rambla, donde servían esa bebida que tanto gustaba a Beaudelaire, y prohibieron en Francia. Teníamos que poner un vaso y encima una cuchara pequeña y agujereada, sobre la cuchara, un terrón de azúcar; echar Absenta hasta que se deshacía el terrón, luego un chorro de agua y a beber.  Era un hermoso bar lleno de espejos. Después de bebernos varios vasos, salimos abrazados a la calle, haciendo corros bailando y cantando… Podremos repetirlo.?