OLAS

Desde las últimas lluvias, sueño que sueño, y resueño… Resonando y salpicando, en el corazón temblando, de la piel que resbalando, va creciendo entre tus manos. Desde las últimas lluvias, que yo te estoy esperando. Los árboles te llaman, y mi voz sigue cantando…  

PERSEIDAS Llueven estrellas, llueven caricias, que tú me das. Llueven palabras nombrándote. Llueven miradas, que tanto dicen. Llueven latidos, del corazón. Cantando estoy tu canción, y amanece.  

  Hay una nube de hojas verdes, llenando de paradojas mi incertidumbre. Al final, después de divagar… me acabé las aceitunas y el martini; pagué la cuenta. Me fui a casa, como siempre… Sola. A escribir este poema.

DOMINGO, OCHO DE LA MAÑANA.   Con los pies en “Ulises” de Joyce, y el boli en la mano derecha, hago mi primer poema de hoy… Se me acaban las páginas del cuaderno. He de escribir en servilletas, lo del teclado virtual, no me seduce. No renuncio a los orígenes. Papel, tinta, sentimientos ; las emociones tiemblan, en la página en blanco. El amor de mis manos, acaricia con palabras, el espacio vacío.  

  QUERIDOS "BROTHERS." La fina ironía, la dulce tristeza. Húmeda alegría. De abrazos, sentidos y largos. Ausencias dolidas,.. conmueven. miradas mojadas, besos y caricias, silencios , que llegan y llenan, el fondo del alma. Riells. 16 Julio 2016. ( Capicua)

  Inmisericorde, el sol dibuja tu silueta, en la distancia, me deslumbras. Solo era la sombra, un deseo… Se diluye, alejándose despacio; ya no estás. Anocheció...

  Para Luisa.     La piel blanca, sonreía.   De mi corazón, la noche. De día, la venganza de tus pechos…

  Un pequeño hueco en el corazón de la mariposa, cunde mucho, aunque sea efímero… Empezó a volar.   Yo, con el corazón más grande, no puedo.

  Escupía la “maría” por la ventana. Alicia en el país de los horrores… Sabía que podía cambiar la situación. Solo es cuestión de tiempo, y astucia. ------------------ “…sombrerero loco: ¿en qué se diferencian un cuervo a un escritorio…?”(Lewis Carroll).

  Se vislumbra una luna , ensimismada y trémula, como la piel del deseo… Asoma, pálida y sombría, redonda, rodeándome; con amorosos brazos. Brillando dulcemente, esperando tras la cortina; desnuda y mía.

  La dulce luna menguante, disfrazándose de adiós, como una despedida, sonriente y escondida, oculta tras la cortina,   transparente…

  Con tus palabras, hice un jardín, de amorosos sonidos. Con palabras, perfumando el papel y el alma… Con las palabras, construyo esperanzas, desilusión. De palabras está, impregnado el aire, esta tarde de mayo. Palabras sin fin, feliz, finalmente, rodean la estancia, resbalando de   mis manos, por ti…!  

    Perfume de luna en tu cara,   que sonríe enamorada.   Resbalando estaba el mar, en esta playa callada...   contemplandola, nocturna y sola.  

  Deseo y silencio, van de la mano. Es difícil, lo sé. Lo siento profundamente, entre nosotros, solo el viento y el tiempo.

  Las manos resbalan, de aceite, vuelan, buscándote sintiendo, soñando tu sexo, la piel, la sonrisa , los gestos. Mis ojos mirándote, tú, mimándome el alma y el mar lejano, ilumina con su luz, nuestro fugaz encuentro.

  A la orilla de un poema, van las miradas desnudas, buscando tu luz sombría...  

Agilizar la cercanía, el encuentro; por un defecto técnico, insospechado… Tus caricias , pendientes de un hilo. Se desliza el deseo, entre palabras. Sin querer,  o queriendo, una llamada nocturna, nos dejó desnudos, en el aire sombrío, solo la luna es testigo, y los gemidos…  

Tanto de ti, me das… Tanto de ti, me queda; que guardo el infinito, de amor y de caricias. Tanto de amor recibo, siento, que el mar no es suficiente, para guardar todo el sentimiento.  

No escondas los brazos  del abrazo. Con ese amor inconfundible y callado. No escondas , el amor de tu mirada… tus besos silenciosos, llenando el alma y la piel, tu cariñosa presencia, de ternura…  

  Las flores escaparon del jardín, por arte de magia, o el viento.   Aparecen en la habitación, pensé que eras tú…   Pero no, solo una ilusión.  

  Sonoros besos de amor, los que tu boca me daba .   Sonoros cantos y bellos, de pasión, embelesaban.   Sonoro el camino va, hacia tu piel, que me llama…

  El mapa de los sueños, leo en tu mirada, buscando sin tregua, reinos de palabras. El mapa de los besos, dibujado en mi alma, deja rastros seguros, del amor   que te ambarga… El mapa, señala lugares de luz blanca.