CARPE DIEM 10
Capitulo 42 Tenía el presentimiento , que esa noche iba a ser fuerte. Iría al bar donde Leónidas es asiduo y, con escusa o sin ella, lo vería. Trabajaba en el negocio de las flores, siempre funciona.La gente muere, se casa, nace, celebra cumpleaños y, también ama. Cuando llega el día de Sant Jordi, los enamorados, regalan flores. Y los que no lo están, también. Hay de todo tipo, rosas, claveles, crisantemos, gladiolos, estirlicias, azucenas, violetas, orquídeas…etc. un sinfín. La tienda es una cueva de olores. Tiene toda clase de plantas exóticas, semillas, macetas, abono y tierra. Sólo falta que se llene de pájaros trinando, y ya tenemos una selva en medio de la ciudad. Estaba ubicada en el barrio del Eixample de Barcelona; exactamente en la calle Balmes esquina Provenza. Al lado de un hospital privado, con lo que tenía garantizada la venta, en todos los nacimientos, y defunciones…o casi. Le hacía poemas a las plantas; en las tarjetas que ponía en los ramos o centros de mesa, también