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Mostrando entradas de mayo, 2020

RELATOS CONFINADOS. 85

Qué hago para no llorar, si te echo de menos…?  La piel y la sonrisa, la voz, el volumen, los tonos, la palabra.   Música compartida, gestos, miradas; hambre de tus guisos, tus miradas. Besos que salen de tu boca y la mía. Hambre de vida, amor, de vida!

RELATOS CONFINADOS. 84

Mascarillas, mordazas a la sonrisa. Llueven deseos como las notas del piano entre los dedos. Sonríen las bocas tapadas, en sus ojos se adivina el mundo.  Si los pájaros tuvieran que llevar mascarilla, la vida sería inmensamente triste, sin sus trinos…

RELATOS CONFINADOS. 83

Por unos meses, le dimos vacaciones a la Naturaleza, y   salvaje, creció rabiosamente, las plantas crecían por doquier. Ha llovido mucho. Veo flores lilas, amarillas, la hierba muy alta. El cemento se rompe, rendido a la belleza. No vengais jardineros, dejadla crecer libre, noble, hermosa. Que nos acompañe en esta soledad tan suspendida…colgando de los árboles, la vida!

RELATOS CONFINADOS. 82

Ochenta días, mil palabras, tantos deseos… Ochenta diluvios en mis ojos, buscándote. Tantos sueños, más pesadillas. Alguna sonrisa, un saludo… sobre todo , silencio. Ochenta noches, más quisiera besos. Cuando amanece , me toco la cara y por el momento finjo ser yo; un pájaro que se enjauló.

RELATOS CONFINADOS 81

Solo silencio y secretos, recuerdos, deseos. Tal vez el tiempo lo cure todo, o eso dicen. Despacio, muy despacio, espero, iremos recuperando la paz, la cotidianidad perdida, el quehacer y las rutinas de antaño. Parece que ha pasado un siglo; así de duro y difícil ha sido este encierro. Teníamos la llave, para abrir la puerta y salir; sin embargo no lo hicimos; tan poderoso era el miedo, y aún lo es. Seguimos, ahora ya en la calle, con la familia y los amigos; pero a dos metros de distancia y con mascarilla. Hemos pasado una guerra, pero del siglo XXl; ya no son bombas nucleares, ni aviones, ni tanques. El enemigo   invisible es mucho peor, cien mil veces peor.

RELATOS CONFINADOS. 80

Después de todo, solo queda el deseo, de tocarte, besarte, acariciarte, compartir gemidos, palabras y una cena. Luego despedirnos, hasta que de nuevo me llames. Parece poco, pero suficiente. Cuánto hecho de menos esa rutina tan corta… Solo dos horas a la semana, pero me llena tanto!

POESÍA CONFINADA. 79

Asómate al corazón pájaro de mil amores, que te guardo una canción; que se vayan los dolores. Asómate al corazón, que vuelan por ti las flores, su perfume te encontró.

RELATOS CONFINADOS.78

Si el suelo del comedor fuera de barro, habría hecho un surco, andando mil quinientos pasos, multiplicados por 60 días, son noventa mil y eso deja huella. Señales de pandemia y vida en la tierra; como un mal recuerdo, pero al fin recuerdo, como una pesadilla infame.   Qué extraña y distinta puede ser la vida. De repente desaparece la “normalidad” y aparece una cárcel invisible, que nos rodea a todos. Tenemos mucho, mucho tiempo y silencio, para pensar, desesperar, imaginar, llorar mirar el cielo desde el balcón, y agradecer que estoy viva,que puedo contarlo, que ya pasó la tormenta, y el sol sigue brillando…

RELATOS CONFINADOS. 77

La luna se aprendió tu nombre de memoria ,lo susurra levemente; no sea, que al estar tan lejos, y con la ausencia prolongada, se le olvide. La luna se aprendió de memoria, el camino a tu casa, no fuera que por si acaso,   debido a intemperies y tormentas inesperadas, no pudiera acudir a verte, besarte, mirarte… La luna escribió poemas, para recordar que aquello fue hermoso, que aún lo es, y puede serlo mañana.

RELATOS CONFINADOS. 76

Esta pandemia, me hace ver a mi vecino, como amigo/enemigo, está lejos pero cerca. En el ascensor,solo uno, y no es desprecio. Un chico joven ,me dice que suba con él, le digo que no;- porqué?- me dice, -es que igual me contamino o te contamino-, le digo con ternura.  (No lleva mascarilla).Prefiero esperar a que vuelva el ascensor, es un espacio demasiado pequeño, como una caja de cerillas. Cómo han cambiado las relaciones humanas! Es pavoroso…

RELATOS CONFINADOS. 75

Qué será de los parques sin ti paseando… quieto ensimismado y sin ánimo. Qué será sin tus pies en la hierba. Todo esto y más te diría, si quisieras oírme. Lejos , más allá del mar oigo tu silencio, ausencias inesperadas, desechables, como plástico en el mar, flotando en la mirada imágenes de antaño.  Cuando el mar transparente sonreía mostrando su fondo cristalino, coral y peces de colores, algas; un día ,incluso vi sirenas. Sí , las que se ocultan entre las rocas submarinas.  Solo salen al anochecer, para seducir a los marinos y pescadores.

RELATOS CONFINADOS. 74

Siempre creí que una página en blanco se expone tímida , desnuda y provocadora ante los ojos, que atónitos y desesperados, se preguntan por las palabras, que bullen en mi interior. Cuando de repente, por arte de magia, salen, me inundan, escapan, vuelan sobre el papel, a veces sin orden, ni sentido; caóticas ,curvas, sin acento, ni puntos , ni comas… a la brava, sin mirar, sonrientes, se dejan llevar por el viento, y mis manos no paran, siguen dibujando paisajes, fracasos, aciertos , versos, besos, sonrisas, personajes… recuerdos, deseos ,llantos. La locura hecha verbo.

RELATOS CONFINADOS.71

Hoy cruzamos la mirada, fulminante como un rayo, el holandés y yo. Es de mi edad, hablamos de Amsterdam, su ciudad.  A mi me encanta, él lleva años aquí, se añora, pero ama Barcelona. Hoy cruzamos la mirada, fulminante como un rayo. La mascarilla, delata , subraya las miradas, la llevan a su verdadera categoría. Los ojos, espejo del alma y el deseo…

RELATOS CONFINADOS. 69-70

Esas franjas horarias desconfinadas, que nos imponen como corsés bien apretados; de 10 a 12 y a encerrarse otra vez. Ya es suficiente! Y una mierda, por una vez desisto, desobedezco. Saldré con la luna menguante, al amanecer y con las calles vacías, todas para mi. Esta mañana, en la Avenida de Vallbona, me he encontrado con Paz y Lidia, hacía años que no las veía, hemos caminado juntas un rato, sin abrazarnos y con las mascarillas puestas. Qué alegría encontrarlas!  Al cabo de un rato nos hemos encontrado con el marido de Rubí. Ella no ha salido porque ayer se dio un tute de andar, y hoy estaba reventada. Cosas del confinamiento. Hemos quedado que cuando abran los bares, nos veremos en el Amsterdam, para hacer unas birras, aunque sea a dos metros de distancia cada uno…ja,ja,ja, ¡

RELATOS CONFINADOS. 68

Hoy he salido por primera vez a andar, después de casi dos meses sin poder hacerlo. Joder , nunca había visto tanta gente…será la abstinencia, el hambre de sol, aire limpio y movimiento.  Gente con perro, gente sin perro, gente que nunca antes había visto, durante mis cotidianos paseos matutinos. Alucinante… Hay que ver lo que hace el confinamiento. Todos quieren andar y hacer deporte. Lo que si he observado es que todos tenemos una barriga considerable; así que será buena la opción de andar.  Me he quitado la mascarilla, porque me ahogo…El doctor Almirante( un experto) , ha dicho en la tele, que mejor nos la quitemos cuando hagamos ejercicio. Me he pasado media hora andando y he vuelto contenta y sudando. Nunca había visto tantas flores amarillas. La naturaleza   también se ha liberado.

RELATOS CONFINADOS. 66

A merced de lo invisible, no os parece increíble? Los parques tristes sin niños, los niños tristes sin parque. Abuelos tristes sin nietos, nietos tristes sin abuelos. Y yo tan triste sin ti… Si no te toco, si no te beso, te salvo la vida y me salvo; es un cambio de paradigma. Nos hace más tristes, más impotentes. El mundo al revés. A mi lo que me salva son los besos, los abrazos! Jugando con el virus al escondite, no sé si él me busca a mí, o yo a él. No sé si soy perseguidora o perseguida, pero su víctima , seguro.

RELATOS CONFINADOS. 63

Intento imaginar como será el primer abrazo con mi nieto, después de tantísimos días sin poder hacerlo. Será fuerte, dulce, interminable, seguro! Me saltan las lágrimas… La ternura en la mirada, cuando por la pantalla nos decimos adiós. Sin entender porqué, sin entender nada. Intento imaginar los besos que deseo dar, dulces, largos, desmesurados… Intento imaginar un largo paseo por la playa, deslizando mis pies descalzos por la arena mojada, sumergirme en el mar, que nos espera. Celebré mi cumpleaños confinada, sola, sin pena ni gloria… Mi hijo y mi nieto me hicieron un pastel con velas y todo; y a través de la pantalla soplé las velas. Pero el pastel se lo zamparon ellos. Yo salivando y muriéndome de ganas de probarlo, y de besarlos. He de celebrar los setenta de mi hermana; los hizo la semana pasada. Nos juntaremos todos los hermanos en un picnic increíble! Tengo pendiente una comida con mi amiga Pilar; la tuvimos que aplazar por culpa del puto virus.

RELATOS CONFINADOS,. 62

A este enemigo, EL Covid -19 no se le puede detener y encarcelar. El enemigo, está si acaso,dentro de nosotros. Vaya paradoja... Es inaudito.

RELATOS CONFINADOS. 61

Es difícil cantar la desdicha cuando es colectiva; cuando se toca, se vive y se siente tan a flor de piel la tragedia, cuando la muerte ronda tan cerca, y nos pisa los talones, el miedo nos atenaza la piel y la mente… El instinto de supervivencia es más fuerte que nunca; hacemos lo que sea, nos sometemos. Buscamos respuestas, las necesitamos como agua en el desierto. Saber el porqué de lo que ocurre. No queremos ,ni sabemos acostumbrarnos a estar todo el día encerrados en casa, sin poder salir. Y más cuando el enemigo es tan poco visible que es invisible.  Es una parodia del poder, del miedo. El enemigo ya no es el ejército, el fuego, la inundación, el terremoto. No existe!! Solo en el microscopio, en el laboratorio de los científicos, en sus efectos mortales que están acabando con la especie humana; nos ha encontrado desnudos, indefensos, sin capacidad de reaccionar. A tomar por culo la supremacía del hombre. Es una cura de humildad.

RELATOS CONFIADOS. 60

Lo cotidiano adquiere un valor sobrenatural, tirar la basura ,ir al quiosco, comprar una bolsa de gominolas, coserse un botón, lo más simple puede ser lo más importante… Estamos vivos porque podemos hacer ganchillo, dar cuatro pasos en el comedor, o salir al balcón. El sol hoy es radiante, la atmósfera está limpia y sigo respirando. Es cierto que los poemas no salen ahora; no sé porqué oscuras razones, solo me sale prosa. Es que la situación es prosaica, no está el horno para la lírica.  Estamos ardiendo en un mundo inhóspito e inexplicable.

RELATOS CONFINADOS. 59

No ha llegado la primavera; la picaresca, ha venido, nadie sabe como ha sido. En la época del “Buscón don Pablos”(S.XVll), había escasez y todo el mundo se buscaba la vida, ya se sabe, el hambre agudiza el ingenio, y la sed mucho más.  En el quiosco, he descubierto que incluso venden cervezas; a falta de bares abiertos…total, que me llevé dos latas, una caja de lápices de colores y un paquete de folios. Todo a punto para seguir encerrada en medio de la nada. Me siento como Robinson Crusoe en su cueva… Seguimos a la espera de buenas noticias, o no?

RELATOS CONFINADOS. 58

Navegamos en un mar de incertidumbre, sin rumbo, a pesar de todo, no hemos perdido la esperanza de llegar a buen puerto sin zozobrar, porque” la vida nos empuja como aullido interminable” Como dijo Goytisolo. Sueño con tus besos como si fueran el mejor regalo.  Nunca habían sido tan importantes como ahora.  Cuanto más tardo en dártelos, cuanto más tardas en besarme, más grande es el deseo.  Cuando te encuentre, serán interminables.

RELATOS CONFINADOS.57

El ritual del aplauso y la cazuela en el balcón, cada día a las 20h. es como un mantra, un canto a la vida y la esperanza. Si lo pudiéramos hacer todos en la plaza del barrio, sería una gran manifestación.  Sicológicamente nos ayuda a saber que estamos ahí, a pesar del encierro, estamos juntos, unidos, nos hacemos oír, con la música, trompetas, petardos, aplausos, luces de móvil y cazuelas. Mientras todos salgamos al balcón, significa que seguimos vivos, compartimos el sonido de la vida con nuestros gestos.  Aún no nos hemos ido.

RELATOS CONFINADOS. 56

Noam Chomsky se hizo esta pregunta: Se mojan los mosquitos cuando llueve? Ale ,a romperse la cabeza pensando, niños y grandes…pienso que no, porque la velocidad a la que mueven las alas, impide que estas se mojen, van más rápidos que las gotas de lluvia; es una cuestión física,   o no?...yo la encuentro muy poética. Otra opción, es pensar que cuando llueve, no salen...son muy listos. Ja,ja,ja,ja! Todos somos sospechosos, es macabro y cruel, mirarnos con recelo, sin acercarnos siquiera. En la calle, nos perdemos compartir la sonrisa y a veces la palabra, es como si lleváramos mordaza o bozal; joder, es muy fuerte.

RELATOS CONFINADOS.55

Nuevas amistades por el balcón. A 60m.aproximadamente, cada día a las 20 h, salen una pareja de magrebís con una niña de 4 años, aporreando la cazuela. Nos saludamos, presiento sus sonrisas. A mi derecha , en la vivienda encima de la panadería, asoman dos chicas sudamericanas de unos 20 años, golpeando rítmicamente las cacerolas…como si fuera una samba… Lejanos se oyen los petardos;esta persona debe tener un arsenal en su casa, porque no falla; cada día, puntual, nos saca a todos al balcón. Otro toca la trompeta, un amigo mio dice que conoce a un trompetista que vive en Ciudad Meridiana, igual es él.  También los hay con el “Resistiré”, un clásico, a todo trapo. Hablo con la vecina de abajo, que también está sola y nos damos ánimos. No solo aplaudimos a los sanitarios, nos reconocemos y reafirmamos. Aún seguimos vivos!!! Hoy llueve, pero seguro que el encuentro colectivo en los balcones, no fallará.

RELATOS CONFINADOS. 54

Y me volví a dormir, por la puerta falsa de mis sueños. Esta vez sí, después de ir al lavabo, a las 4 de la mañana, seguí durmiendo… me volví a dormir –después de mucho tiempo de insomnio- por la puerta falsa de mis deseos. En el día 30 del confinamiento, se me olvida lo que es pasear por el bosque de Collserola; me parece un sueño imposible volver a hacerlo; maldito virus, maldito sistema asesino. Tendré que arriesgarme, jugarme la vida, aunque sea la última vez que lo haga; volveré a pasear por el bosque…! No será todo esto, un ensayo general para un futuro siniestro?

RELATOS CONFINADOS 53

“Mujer, si puedes tú con Dios hablar, pregúntale si yo alguna vez te he dejado de adorar…” Qué bonita canción; ayer la escuché por la radio y me emocioné. El anciano del piso de arriba, cada noche tose más, tiene mala pinta. “Te he buscado por donde quiera que voy y no te puedo hallar; para qué quiero tus besos si tu   boca no me quiere ya besar…” sigue amartillándome la canción, es preciosa, aunque sea antigua.

RELATOS CONFINADOS. 52

Si me comporto y actúo como un hámster, mi mente se hamsterizará…? Somos cobayas de laboratorio? Creo que sí. Los científicos están investigando la vacuna y la curación de este virus, con nosotros. Joder qué fuerte!!   Qué será lo siguiente? No puedo evitar ser catastrofista, pero la realidad está ahí, cruda y cruel. Somos pequeños “titánics” bailando al son de los virólogos.  La última melodía, quién la tocará?