OLAS

  Sin saberlo, sin verte ni olerte, Ni mirarnos; Sin quererlo, ausencias inesperadas… Sin voz, con el silencio a cuestas. Acuéstate a mi lado, Como un sueño sin luna. Sin besarte, a penas amanece. Ya me fui, Calle abajo, sin ti. Siempre el gesto Diciendo adiós con la mano. Sinceramente sin ti, Simplemente triste.

  Pendiente de ti la luna... De ti hasta del oído, brillando tras el espejo. Y los besos Y los versos.  

  Hambre de ti, Irremediable, De tus huesos. La piel del beso. Hambre de ti mirándome, De tu voz, Tus días y tus noches, Como de aire. Y el recuerdo…

  Como si me llamara, voces de agua salieron de mi boca.  

  Mensajes ausentes solo, no aparezco, me oculto tras   la sombra del árbol y escribo sin que me veas. Para que no sepas, para que no… Nada, solo eso.

  Y se metió en medio el silencio… Nos miramos embozados, ocultando sonrisas, quietud, inmóviles, sin andar. Reposando, por el dolor que puede con todo.

  Sonríe inmortal la palabra de tu boca que me besa; por la ventana resbala la lluvia de mantequilla los ojos de porcelana, esa mañana, temprano las caricias sonreían. Solo hubo silencio.

Dos besos y no más, que tengo miedo. Movernos en la incertidumbre. Amarnos a escondidas, dejarnos antes del toque de queda. Quédate. No dices nada…  

Ayer nos amamos, pasión más hermosa. Ayer ya se fue, hoy es otra cosa.