OLAS

  Por su fragilidad,   la incertidumbre,   no tiene nombre.

  Tu silencio es tan lejano, que no sé si vas  o  vienes.

    Bajo el corazón tu mirada se oculta voraz, indecisa. Bajo la niebla, la luna de tus manos acaricia mi piel. Bajo las escaleras y te digo adiós, aunque no me veas…

  El pájaro y la luna. La mira y no la mira, se desvela y le canta. El pájaro y la luna, ya no le espanta, es tan bella y redonda… La mira en la baranda.

  Me gusta la sonrisa de tu nombre, sin tregua, sin rumbo, perdida en el infortunio. Océanos de risa y extraños subterfugios. Me gusta la sonrisa,   lo admito. Me esclavizo en ella,   como si te supiera sin saberte.

  Cuanto más huelo a muerte, más ganas tengo de hacer el amor…

  1 Por eso, y muchas cosas, Un lecho de vino y rosas. Felicidades. 2 El corazón tiene frío, y te quedaste en la orilla; ese amor inacabable…

ELLA   Ella me compra tabaco,  me evita, es disonante,  me perfuma, me escribe, me oculta, hace lo mismo. Me saca de quicio. Me folla, me bebe. Me mira, sonríe y se va. No es para menos.  

  Por esa soledad que escribe sola, sin que mis manos intervengan. Por esa mirada tuya, de soslayo. Me dices:”yo sé lo que me digo”. Por esa impura boca   que todo lo devora, por esa soledad, te doy mi voz sonora.

  En las libretas pequeñas, caben poemas pequeños; Y en las grandes también… Siempre ha sido así. Pero es cierto, que a veces,   el espacio, me indica el camino.  

  Siento la armonía de tu voz en mi boca cuando besas, cuando miras y me ves como volando. Me dejas, luego me visto y me voy…  

SILENCIOS.   Le pidió una tregua a la vida, hasta saldar todas sus deudas, Incluso las sentimentales. Así era ella; implacable. El tiempo remaba en su contra, pero no era un obstáculo insalvable. Soñar despierta le ayudaba a superar las dificultades. Contemplar el mar cuando amanece, Le favorecía sin duda alguna.  

  Entre tu y yo, No hay ni trampa ni cartón. Tócame el acordeón…

  MICRORELATO   La mujer de tu vida, cojea triste, porque ha perdido el acordeón en la feria. Lo dejó en un banco ,delante del escenario, para ir al baño. Al volver , había desaparecido. Corrió por todo el circo, buscándolo, preguntando a todos si lo habían visto. Pero nada, alguien lo tiró por un barranco cercano, le pareció oír su sonido, creyendo que ahí estaba, se asomó, pero fue en vano…

  Vísteme de palabras; estoy desnuda de emociones…  

  “Navidad”.   El azar, despistado sugerente, inesperado… Provoca situaciones bellas, o no. El azar nos acerca o nos aleja, sonreír al infortunio, soltar amarras,   dejarse llevar, como marino en alta mar. Navegantes nocturnos a merced de las olas y el viento; Quizás las estrellas. Suprimir las voces, romper tradiciones, rituales inútiles que solo engañan. Cruda como la carne y la vida.. Todo farsa…   Sabes Unamuno: me alumbra de nuevo la duda.

  Más allá de la tristeza, corazón de contrabajo, azul de mirada triste, más allá de las palabras, el corazón se libera mirando la lejanía de tu mirada, ¡alma mía!

  navidad se escribe en minúscula.   A las 8 de la mañana, en el único bar abierto, estamos las 3 viejas; dos viudas, añorando al marido y una separada.   Las camareras me piden el certificado covid.   Yo no añoro nada...   Compro ensaimadas para los míos, que aún duermen. Las calles mojadas me hablan de lluvia. La luna sigue ahí, asomada.   Luego, el chino del café de enfrente se lleva 5 barras de pan y cruasanes.   El silencio del amanecer, lo inunda todo, y es bello sentir a la ciudad dormida, a pesar de todo.   Sant Andreu. 25-12-21  

  ARTE   Me olvidé de mirar   pero no de mirarte, me olvidé de esperar,   pero no de esperarte. Me olvidé de llorar, pero no de llorarte. Me olvidé de escribir, pero no de escribirte,   Me olvidé de gozar, pero no de gozarte. Me olvidé de empezar, pero no de empezarte. Tantos olvidos, pero no de amarte.

  La tibieza de tus manos el alma de mi deseo. La humedad de la luna. Cuando llueve y no me muevo. La ternura en tu mirada Solitaria… Que te sueño; en esta noche sin dueño. Liberando mi tristeza, la tibieza que no tengo.

  Me sé de memoria las curvas de tu cuerpo, los huecos; Los silencios,        los giros… Me sé de memoria la voz y la mirada. Cuando hace frío dentro,   Me sé que no sé nada, pero te llevo dentro. Por mucho que lo intento, solo me salen versos, y sé que todo es cierto. Supe,   quizás, un día…

    Se deslizó con fuerza dentro de ella, “Como Pedro por su casa”, la penetró con fuerza y desatino. Llevaban demasiado tiempo ausentes, faltos de sexo, hambrientos, demasiado…

  Entre beso y beso adiós; hasta otro día. Entre beso y mirada, huecos, silencios, mañanas. Tristes soledades mías, azules, dulces miradas.