Escribo versos cóncavos, Como tus besos, Formando sinuosas elipses Llenas de saliva. Pasión a cada paso, En la mirada, sueños… Escribo versos oblicuos, Como tus caricias, Que se deslizan, Dibujando placer en mi piel Que siempre te espera. Al final del poema, Fuera , rueda la luna, No se entera.
Mirando esa luna fría, Pienso, Esta noche es solo mía… Me ronda tras los cristales, Iluminando la cama. Acariciando la piel, Y yo despierta Hasta el alba.
Suenan soñando Voces y besos… Caricias de terciopelo. Gritos, susurros. Suenan soñando Silencios, sonrisas Vuelos, nubes, señuelos Que me atrapan Y los versos… Suenan, soñando.
Imprudente, beligerante, efusiva; la rima se oculta bajo la alfombra. Pasa el tiempo, no sabe de ella, ni la luna, ni la lluvia ni los besos. Ahí sigue, violenta y persuasiva, esperando el final de la tormenta, para salir a voces gritando el desasosiego.
Solo explico el corazón, porque la luna conmueve, brillando sobre la noche, a pesar de que hoy llueve. Solo explico el corazón, porque su luz brilla tenue, latiendo por las esquinas… Que la luna se me lleve.
Suprimiré las comas, Los acentos, la oscura duda interrogante. Las conjunciones y los sueños. solo la palabra desnuda al fin, se someterá a mi desaliento…