OLAS

MEMORIA IMPOSIBLE. Caracoles con sal En los cuernos del alma. La luna se abre Y la voz se calla. Babeando  infinitos por la piel de la tarde. Huecas caracolas de miedo. El sonido del mar Se mece en mi cuerpo. Caracoles sentados Contemplando en silencio Que la colina toda, se la comió una vaca, Y la noche llegó  Sin pedirnos permiso. Caracoles dorados Adornan el collar de las mujeres huecas, Que no tuvieron tiempo de contemplar la lluvia en su cristal. Mentir de nuevo al viento, dejarme llevar sin peinarme, Ni reír. Solo llueve en la piel de mi alma, Para siempre, para siempre.  23-9-2002    

  Le eché un chorro de vino al poema, Y el sofrito me salió perfecto. Se ocultaba en la orilla del fuego, pero lo encontré sonriendo irónico.

  Agarradita al silencio, como a la noche esa luna. Agarradita tu piel, esa cara de aceituna. Agarradita me tienes, al recuerdo… Deshaciéndose mi voz, los versos en la penumbra.

  Me cuesta un montón No pensar con el corazón. Es un cóctel de tristeza y sinrazón; De amor, sin pan ni cuchillo. A destajo, en la intemperie. Desequilibrio perfecto. Pensar con el corazón o sin él. Yo ya no sé… es locura, eso se ve.   Tu mirada perturbadora, Me lleva por mal camino…

  Como una rosa, reposa mi corazón sin culpa. Vete a saber lo que imaginas. No ocurrió nada,   solo eso…  

    Eres mar, eres sosiego, eres lluvia, eres tormenta. Eres agua; gota a gota, apagas el fuego que llevo dentro. Por el aire te presiento.  

 OTOÑO Ese viento, que se lleva las hojas Y el pensamiento; Silencioso movimiento. Cantan su voz amarilla, los árboles, y los siento, desnudándose sin tiempo…    

    Así era tu luz con la vela brillando a medianoche, suficiente, anhelante. Y la mirada,   llevándome lejos, al mar en el horizonte.  

Donde el corazón me lleve, dibujaré  una sonrisa, con tu caricia más leve.  

  Por su fragilidad,   la incertidumbre,   no tiene nombre.

  Tu silencio es tan lejano, Que no sé si vas   O vienes.

  Orear la mantequilla, en la orilla del alma, muy temprano. Naufragando en tus aguas clamorosas. Amando el alba, Y tu mirada…