RELATOS CONFINADOS. 93
Ya se que la ternura,
no está al orden del día, no se lleva.
Es ñoña y es antigua,
pero sigo insistiendo.
Es lo que más me
llena; sin ella no es posible vivir la primavera.
Antigua como yo, y la
piel del tiempo que guardo en ella.
Ya se que la ternura
no cruzará la acera.
Ya nadie la espera…
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