A UN JOVEN JESUITA
A UN JOVEN JESUITA.
Los
sueños calientes de la tarde.
Gordas redondas,
Las nalgas.
Senos para la sombra.
Me agarro a los pezones seguros,
Con la boca del tiempo.
Mi lengua intercalada,
Sube y baja.
Succiono con fuerza,
La seguridad perdida.
Luego...
¡qué bien me siento¡
Fue solo un sueño.
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