DESPUÉS DEL DILUVIO 1993

Se extiende el perfume de las rosas

Sobre nosotros.

 

El color de tu sexo,

Ilumina el paisaje interior,

Invadiéndolo todo.

 

El grito húmedo,

Sale, llenándome de gozo los oídos.

 

Todo ello,

Constituye un elemento imprescindible,

Para la supervivencia.

 

A pesar de todo,

La mirada permanece,

 

Llena de tinieblas.

 

Persiste el deseo.

No renunciar a la melodía inevitable,

Irresistible,

De tus huesos,

Moviéndose bajo el sol de mayo. 

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