Mi corazón en la arena, buscando el mar de tus manos, y muriéndose de pena, la luna ya se ocultó, mirando el bosque lejano, mi voz te llama y reclama, entre los cielos nublados…
Llueven peces de colores, en mi corazón de lima, lima de lima limón, y buscan por las esquinas, tu mirada, una canción… Aunque tú no digas nada, solo queda la emoción.
Un revuelo de palomas, mi sexo si lo tocas… Tus caricias me deshojan; temblando, me despojas, llenándome de luz, gritos intensos, escapan por la boca; ya te siento… Siempre dentro.