OLAS

  Cuanta pena da   la lluvia En la ventana   Y sin luna. Cuanto amor en tu mirada, Comiéndote una aceituna…

    A las siete   de la mañana, Las    “Kelys” rubias Fuman y hablan a la puerta del hospital. Y los hombres, Con perro y pan, Pasean cerca, Por si acaso…

  Derramar el aceite, Comernos el alma. El pan, La saliva. Resbalar, mimándonos Siempre; Como si fuera la última vez…

  Me lleno de ti De tus palabras Tus tristezas Tu piel Tus silencios. Me lleno de ti , Cuando tus manos acarician mis pechos y me  besas la boca. A pesar de todo,  Me lleno de ti…  

    A ti. que hueles a geranio En una noche, Desnuda y sin luna, Como la palidez   De la ausencia. A ti, Que me piensas   En silencio Y sin voz. A ti, que hueles A palabras…   Y no dices nada…

  Lúcida soledad, Solo, sola Solamente así, Siento amor, ausencias Presencias inútiles, O no… Vete a saber. Siempre la duda.   Incertidumbres...

  COLADA Cuando lavas la ropa, ¿sabes cómo se agarra para escurrirla? Pues igual que a un sueño, pero menos... igual que a ti, pero menos. Estrujando versos , voy...

  A cinco pasos de tu ventana, El humo del cigarrillo, Señala el camino. A cinco pasos   del amor, Tu cuerpo Difumina el beso, De los muchos que nos damos. Ese infame deseo Que domina el aire y nos sostiene A pesar de todo.

  CAPITULO 9 Las amistades musulmanas de Gertru, son una delicia de mujeres, ella les hace favores, acompañándolas a hacer gestiones en el Ayuntamiento del Barrio, o a la Asistenta Social, y ellas agradecidas la invitan a desayunar te con pastas, que hacen ellas, y también le dan Cus-cus, que a veces lleva a su amiga Susi. Tambien se relaciona con otra mujer marroquí, que tiene una tienda de comestibles debajo de su casa. Sus nietas van a la misma clase que la hija de la tendera, y a menudo invita a merendar a la niña, que sube a su casa junto a sus nietas. La madre, agradecida, le da, verdura y fruta de la tienda. Así es Gertru, generosa y sociable. Sólo una persona especial y sensible como Gertru, te regala una aguja de coser con el ojo lo bastante grande , como para que su anciana amiga Susi, pueda enhebrarlo , zurcir calcetines, botones y dobladillos. Eso si, con un día soleado y tras el cristal de la ventana. Esos pequeños detalles, hacen más grande la amistad. Fragmento de ...

  Dime como me miras, Y te diré como me ves. Tiró una semilla de dátil Y le creció una palmera   en la orilla de su casa.

  El amor de tu mirada, tan lejana, Tan cercana. Las palabras Que me llevan al placer Oscuro, sincero… Te quiero,   Sin decir nada. No abras la boca. ¡Solo mírame y basta!

  Desnudarse del reloj, Antes de hacer el amor… Se va el tiempo, Y que no vuelva. Solo hay eternidad.

  Aquí me tienes, disfrazando el deseo, Con poemas de Góngora y Lope. Que si Góngora: ”dejadme llorar orillas del mar…” Que si Lope: “Andar entre las mudas soledades, y lo que es temporal, Llamar eterno…” Buscando en vano , solazar mi alma, Que arde sin remedio.

  Como un poema, Tu amor me lleva. Y las palabras Contigo sueñan. Como un poema Que ya no duela Vuela mi voz Y aquí te espera. Como una vela Navega el aire Que siempre espera.

  Ahuyentando mis fantasmas, Los miedos, siempre aullando Tras de mi. Por sentir y tocar la piel real… Y la verdad, tan ausente. Solo tras mis fantasías. Pendientes de un hilo. Soy una araña frágil; El viento se lo lleva todo.

  NAUFRÁGIOS 2024-25 Hay una nube en el cielo Con la cara y el pelo De la Primavera de Boticcelli; Duró tres segundos. No tuve tiempo de hacerle la foto… Así de efímera es la belleza. Estaba de perfil Tenía una melena ondulada De color castaño.

  Cuando las nubes Amarillean, Se acerca el otoño Y colorea… La luz se acuesta, Perezosa.

  Un poema en bambalinas, “en las esquinas banderas” De flores de purpurina, Para limpiarnos el culo. ¡Qué chulo, es un poema que rima!

  Donde está la luna, que no me perdona, su amor de mandarina… Y la sonrisa oblicua que me acompaña, cuando estoy sola. ¡Donde, donde, donde¡

  Amo , las ocres tardes de otoño, deslizándose entre mis piernas, como tú, llenándome de caricias y deseo…  

  El alma tiene paredes, esquinas y hasta rincones.                                                     El alma tiene miradas,           caricias, y tus canciones.

  Las sonoras hojas del viento, iluminan tu piel,   en la tarde amarilla.   Acarician las horas, silencios y besos, cayendo del árbol, el tiempo.

  Más allá de la ventana, el atardecer, lila azul y rosa. Otoño a las seis de la tarde, y tu mirada.