LLORANDO
En la esquina de mi
calle
había un lobo llorando,
a las cinco de la
tarde.
No me sorprendió,
ni nada.
Solo el silencio vacío,
que a los dos nos
inundaba.
Sus tristes ojos
oscuros,
simplemente me miraban.
En la esquina de mi
calle,
solo el silencio
callaba.
A duras penas llorando.
Interesante ...
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Gracias Mark.
ResponderEliminarUn beso.