RELATOS CONFINADOS. 47


Convivo con el virus, como si fuera uno más de la familia, empezamos a conocernos, al principio no percibía su presencia, ahora voy descubriendo sus atributos; me produce dolor de cabeza, sobre todo al levantarme; también algo de mocos y tos, pero no mucha…por suerte no tengo fiebre; así que de momento nos llevamos bien, aunque tomo mis precauciones.

 Me lavo las manos a menudo, desinfecto todos los alimentos, me pongo mascarilla y guantes, cuando salgo a comprar o tirar la basura.

El virus es un listo, pero yo más, y soy más vieja, con lo cual le llevo ventaja. Al final podré con él, deberá irse a otro lugar que le sea más propicio.
 El muy cabrón, que se joda. 
No puede conmigo.

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