RELATOS CONFINADOS. 48


Desde el balcón he visto a una maciza guineana, de esas que tanto gustan a los hombres, con un escote descomunal y mascarilla. 
Todo un ser erótico, expuesto a las inclemencias. Ja,ja,ja,  no creo que el virus pueda con ella.

Las palabras buscan, ahora más que nunca, ser beso, caricia, tocar ,abrazar, mirar. 

Si cada letra fuera un pájaro que saliera de mi ventana, con esa ternura que solo el tacto humano puede dar…

En las noticias de las 5 dicen que en Nueva York los médicos y enfermeras duermen en los coches para no ir a casa e infectar a las familias.

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