RELATOS CONFINADOS.44


De todos modos me resultaba difícil, imaginar un mañana placentero, pero debo intentarlo. Un mundo sin ruidos, silencioso, donde otro “virus” más poderoso y humano, volatilizara los automóviles, los aviones, los barcos, las motos.
 Donde habría que inventar la rueda; o no…

Imaginar que nadie descubrió la electricidad, ni inventó la pólvora. Solo podíamos subsistir con nuestras manos, afilando piedras, haciendo hachas, para cortar ramas de árboles y construirnos una choza para protegernos de la lluvia, comiendo plátanos, cocos…

Si alguien nos hubiera dicho que  inventaríamos  y fabricaríamos nuestra propia destrucción, no habríamos parado? Habrá que reinventarse, no?

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