CARPE DIEM Capitulo 7

 Capitulo 7



Para cometer actos deleznables, se ponía de punta en blanco…bueno, de negro riguroso…
Con el perfume preferido, que huele a canela y jazmín. La hacía más apetecible, de esa manera, engatusaba mejor al adversario.
Fernandina , que así se llama la niña, tenía una salud de hierro. La abuela la cebaba, para satisfacer su mala conciencia, o vete a saber qué lejanas u ocultas culpas.
La nieta, cuando se cansaba de oír improperios… subía al tejado de la casa, viejo, ruinoso, con la esperanza , que desde lo alto, nadie la viera escupir a los viandantes, que ignorantes, paseaban por la calle, mientras una lluvia rabiosa de mocos y saliva, les caía sobre la cabeza.
Así era nuestra heroína.
Infame y radiante, como una mañana de primavera.


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