DESPUÉS DEL DILUVIO 1992
Noventa y seis mil horas de renuncias...¡
¡Nada comparado contigo; pecho verde¡
Estuve contándolas todas.
Cantándolas.
Igual que los segundos de sol
En noviembre.
Tiemblan las piernas asombradas,
Por el tacto de las hojas amarillas.
Te digo que es cierto.
Estuve mirando las horas,
Y temblaban.
Igual que los segundos de luz,
Cuando te escondes.
Noventa y seis mil horas de renuncias.
Sigo sin poder creérmelo.
¡cantándolas¡
Comentarios
Publicar un comentario