CARPE DIEM CAPITULO 31
Capítulo 31
De vez en cuando, se ponía sus mejores galas, una blusa escotada…toda de negro , y salía a comerse el mundo. Algunas veces no se comía nada, pero la intención era buena.
Saboreando helados de fresa, sus preferidos, se rendía ante los labios que le contaban cuentos. Nada mejor que hacer; alegrarse los oídos, con historias de mentira, se dejaba engañar a sabiendas…¡se lo creía todo, o casi.¡¡
Llenaba las copas de whisky o tequila, miraba de soslayo a los hombres del pub, repasándolos de arriba abajo; decidía con cuál de ellos se quedaba. Sin más, se los llevaba a la cama, se los comía literalmente.
Luego los dejaba tirados y satisfechos. Fernandina se llevaba la mejor parte…o eso creía ella.
Era la venganza de la mujer araña, abatida, pero no vencida.
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