CARPE DIEM CAPITULO 37
Capitulo 37
Fernandina tuvo una infancia desbocada, de caballo ciego…¡
Los encuentros furtivos con el profesor de mates, se repitieron. Le encantaba, recordar sus perversos escarceos, magreos a escondidas.
Lo hacían en un portal, en el lavabo del bar, en el ascensor. Les daba morbo, se excitaban un montón, por el hecho de sentirse observados. Eso del riesgo, sube la adrenalina, ellos lo sabían. De hecho era lo mejor de la relación. Ni dónde, ni cómo, ni cuando…
Comentarios
Publicar un comentario