CARPE DIEM CAPITULO 40
Capitulo 40
El temporal de Levante, le levantó las faldas y las ideas. Los pezones se pusieron duros por el frío. Empezó a escribir cual posesa, como si las olas de cuatro metros, la persiguieran.El paraguas, se le puso al revés, ella insistía…no, aún no..¡¡pero el viento poderoso y bravo, ganó la batalla. El paraguas voló, literalmente.
Le dolían las manos de sujetarlo sin ningún éxito. Se puso chorreando hasta el alma.
Estaba motivada, las palabras fluían como el agua, la vestían con su sonora belleza. La formas, las letras, dibujaban imágenes, emociones…el papel, temblaba al recibirlas.
A Leónidas, le mueve la avidez, a ella, la ausencia y el abandono.
Cualquier emoción es buena , si se sabe administrar.
Necesitaba soledad, le dijo. Y solo quedó silencio.
Fue una buena escusa; Fernandina se enamoraba de imposibles, iba de frustración a despojo, de tumbo en tumbo, en caída libre.
A pesar de ello, insistía, como la pertinaz sequía.
La rima salía sola, las lagrimas también. Eran pan de poesía.
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