AUSENCIAS 1992
Cuando se acabó el marfil y los elefantes.
Enmudeció la música.
Y la sequía acabó con la tinta.
Nadie más escribió.
Solo había tiempo para ir al cajero
automático,
Y sacar treinta euros,
Porque lo demás,
Eran impuestos y alquiler de piso...
Cuando se acabó el marfil y los elefantes.
Se acabó la música.
Ni tu ni yo, tuvimos tiempo para responder:
¿de quién eran los colmillos?
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