AUSENCIAS 1992
Y
Todo eso y mas, es poco.
¿Cómo quieres que te lo diga?
¡maldita sea¡
a ver si apareces alguna vez.
Me tomé el último güisqui.
Tocaban las doce
En el reloj del ayuntamiento.
Llovía copiosamente,
Bajo tus ojos, frío y humo.
Bajo el paraguas el cuerpo mojado.
¡Qué inútiles son los paraguas
en las tormentas marinas¡
el viento lo lleva todo,
incluso el alma.
Las calles brillantes y húmedas
El corazón a veces.
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