OLAS

  EN LA COLA DEL SÚPER. Hoy he visto en la cola del súper, la despiadada crueldad del sistema capitalista. A las 9, 30 de la mañana, un joven marroquí de 15 años, se compraba una botella de whisky, que le ha costado un pastón. después, en la calle, le esperaba un colega de su edad, y se la bebían a morro.

  Saboreo silencios, besos, caricias, recuerdos. Saboreo palabras, miradas; al fin , tu nombre, suena a lo lejos y el viento del sur.

  Mi sexo se baña en tus manos. un mar de placer, llevándome, a besos, miradas, encuentros, suspiros, gimiendo , entre nubes… Anochece, menos tu alma y la mía.

  El recuerdo de tu olor, amor de tus manos, húmedas, perfuma la ausencia.

  Salivita en tus dedos, canela y rón, para el corazón,   canciones… se mueven al son de una danza tibia y azul, deslizándose, resbalando, gozando, amores de aceite, miradas dulces…

Claridad sonora, rotunda , tus besos me llevan al cielo… Deseo ,placer, deseo. Conmueven, seducen, amainan…  

  Se diluye con el viento, el corazón de mi nube. El tiempo pasa volando, y la memoria, retiene deseos que antaño tuve. Se deshace muy despacio, tu mirada… sin olvido, te percibo, poco a poco, sin remedio, sin motivo, me diluyo.    

  Afortunadamente, llueve, al fin. Incluso sobre la piel del alma. El deseo de ti, húmedo, cálido, renace, crece irremediable.

  Voy a escribir de nieve, la mano de tu voz, acaricia y duele, como el frío esta noche… Permitiéndolo todo, hasta la lejanía.

  Como de nubes, de ti… Como de besos. Comiendo miradas, babeando versos, bebiéndonos en la oscuridad. Sonrisas, gemidos a raudales, un imposible adiós.  

  Seixanta-set anys.     Dolços records… la tendresa, tomba pels revolts i la infantessa, ens fa febles, rebels, i   a voltes , lúcids!!  

  Amanece,   la menguante me espera en la cabecera de la cama, sobre un mar de niebla. Sonríe ladrona, besándome toda. El deseo avanza sin templanza, amanece…

  Mil canciones secretas, guardadas en la memoria que ya creía olvidadas… Mi nieto las despertó, cada día le cantaba. hasta que las aprendió.

  Hay una luna menguante en el centro de mi sexo, que tú conoces tan bien… resbalando entre deseos, esa luz es mi sustento. Hay una luna menguante, en tus miradas que aman, ocultándose en la noche. Hay una voz que me llama, y tus besos me reclaman. Hay una luna menguante, acariciando la piel, y el deseo que se inflama, inevitable.  

  A Julio Cortázar.   A los dedos, los labios y las sombras. Ese placer atemporal que nos libera, llevándonos, alejándonos, sumándonos al universo, donde flotamos,   todo es silencio, y paz…!

Tiemblas hasta la casualidad. No se si es de frío o de placer. Todo es posible. Diferente. Sobre todo eso. Parece mentira, pero es cierto.   Cada mañana como una manzana, Y el sol, naranja, besa mi ventana. ¡estúpida rima¡ Absurda. La palabra amanece cálida, Tiembla, busca , y besa.   Parece mentira, pero es cierto.     Ahora me acuerdo, De aquellos ojos, Bañados en deseo, Mirándome.   Yo te miré. Luego me fui.    

 ARTUR ¡Se encontraba tan a gusto, en su piel de celofán¡ Miraba a las mujeres, Por el rabillo del ojo de cristal. No sonreía casi nunca. Parecía un tipo   duro, Empeñado en serlo. Forzosamente imposible. Pero bueno, eso le daba seguridad, Hacía de él, un personaje fascinante. Tristemente encantador. Inexplicablemente, cayó en el olvido. Se llenó el pozo. Se cubrió de gozo, Su pelo creció... Entonces empecé a entender, Algunas cosas. Difícilmente llego a saber algo.  

  Es cierto ,   me mueve tu sonido. Ahora suave y dulce como el beso. Y todo lo que vino después. Bailamos despacio, lentamente, Muy apretados. El último baile antes del adiós. ¿te acuerdas? Solo sentíamos. La música nos llevaba lejos, Inmensamente lejos. Solo el silencio acaricia nuestros actos. Desesperadamente, El beso y el adiós.       Algunas aves cruzaban el espacio Despacio, como queriendo evitar, El mínimo sonoro de sus alas, Para no romper la belleza del momento, Ni herir   el paisaje.  

    Algunas veces, Sencillamente, Sinceramente, Opino, que debiera bajar de ahí arriba. Lo digo, porque permanecer siempre En la misma postura , es monótono, Peligroso y aburrido. Pero felizmente, No dejan de ocurrirme cosas prodigiosas. Por   ejemplo, Se me llenó la cabeza de alas de mariposa,   plumas de gaviota, y pieles de naranja.   Eras tu, que desde más arriba, No te dabas cuenta, y todo lo echabas a rodar. Te reías a carcajadas.. A mi no me importaba. Solo por oírte...

  Tropecé contigo, Hice como que no. Como que si. ¡qué difícil es la estupidez¡   Soñamos con el encuentro, cuando sucede, no sabemos que hacer. Tiemblan hasta las hojas, Y la piel. Hasta el olvido temeroso, Se asoma interesado; Intenta ayudar, Pero solo se equivoca, Se encoge de hombros.   Yo, contemplando las nubes , Que pasan sin decir nada,   A penas.

  Y Todo eso y mas, es poco. ¿Cómo quieres que te lo diga? ¡maldita sea¡ a ver si apareces alguna vez.   Me tomé el último güisqui. Tocaban las doce En el reloj del ayuntamiento.   Llovía copiosamente, Bajo tus ojos, frío y humo.   Bajo el paraguas el cuerpo mojado. ¡Qué inútiles son los paraguas en las tormentas marinas¡ el viento lo lleva todo, incluso el alma. Las calles brillantes y húmedas El corazón a veces.

  Toda la existencia, Para llegar al final. De cualquier cosa. De este libro. De un asunto, Que sirvió para llenar cada una de estas páginas. Teñidas de ternura. Tendida al sol, Cada palabra. Por tus ojos amor; Y los míos, Mirando.

  Cuando se acabó el marfil y los elefantes. Enmudeció la música. Y la sequía acabó con la tinta.   Nadie más escribió.   Solo había tiempo para ir al cajero automático, Y sacar   treinta euros, Porque lo demás, Eran impuestos y alquiler de piso...   Cuando se acabó el marfil   y los elefantes. Se acabó la música.   Ni tu ni yo, tuvimos tiempo para responder: ¿de quién eran los colmillos?

  Azul en   el fondo. ¡qué pasa¡ ¡porqué me miras así...¡   así cualquiera.   Te duermes hasta en las esquinas.   Por mi blancura, Amarillean tus ojos, En la espuma de la ola.   ¡cómo están los colores esta tarde¡   septiembre oscurece, temblando, se estremece.   Tocan. Es extraño. No es por mi. Tal vez , las campanas.  

  Los oscuros caminos, Sigilos de la noche, Me conducen a ti.   Inexplicablemente, Seduces con tus pasos, Arrastras entre lunas. Con tu voz de paisaje.   Oscuros salvajes, Tu piel en la arena, El cuerpo de espuma, Cabalgando en las sombras.   Llenándonos de luz, Reencontrando el   olvido. Sucumbiendo al deseo, Tan profundo y sentido.     Todo es posible, Por el gesto infinito.